Las estanterías de los supermercados europeos pronto podrán abastecerse de varios productos "libres de deforestación", gracias a una ley de la Unión Europea (UE) que intenta cambiar las reglas del juego.
El Reglamento de la UE sobre Deforestación (EUDR) exige a los comerciantes que introducen determinados productos en la UE o que los exportan desde el bloque que demuestren que no proceden de tierras deforestadas después de 2020.
Se centra en las materias primas con mayor huella de deforestación, como el ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, el caucho, la soya y la madera, así como en productos derivados de ellos, como el chocolate, los neumáticos, los muebles y el papel.
"Es el primero de este tipo", afirma Anke Schulmeister-Oldenhove, responsable de política forestal de la organización conservacionista WWF. "Es un cambio de paradigma beneficioso para nosotros".
Reticencias de varios países
En las últimas semanas, Estados Unidos ha pedido un aplazamiento de la ley -que se adoptó el verano pasado y se aplicará a partir de finales de 2024-, alegando que perjudicaría a los productores que no pudieran cumplirla. También otros países, entre ellos, varios Estados miembros de la propia UE, han expresado su preocupación por la carga administrativa que supondría para los agricultores.
Aunque la UE aún no ha respondido públicamente a las peticiones estadounidenses de aplazamiento, un portavoz de la Comisión Europea dijo que estaba "trabajando muy activamente" para preparar la entrada en vigor de la ley el año que viene.
¿Qué repercusiones podría tener el reglamento en los bosques y el medio ambiente del planeta?
Los bosques, cruciales para el clima y la biodiversidad
La ley pretende frenar la contribución de Europa al "alarmante ritmo" de deforestación mundial y las consiguientes emisiones de carbono y pérdida de biodiversidad. Se calcula que el consumo de la UE representa alrededor del 10 por ciento de la deforestación mundial de las últimas décadas.
Los bosques son vitales para la vida en el planeta, ya que sustentan la existencia de más del 80 por ciento de todos los animales, plantas e insectos terrestres. Garantizan que tengamos aire suficiente para respirar, filtran el agua potable, protegen de corrimientos de tierras, inundaciones y tormentas. Y son cruciales en lo que respecta al cambio climático.
Los bosques actúan como gigantescos sumideros de carbono y, una vez destruidos, el CO2 se libera de nuevo a la atmósfera, alimentando el aumento de la temperatura. Pero, a pesar de que la mayoría de los países se han comprometido a detener la pérdida de bosques para 2030, el mundo no se acerca ni de lejos a los niveles necesarios para lograrlo.
Sólo en 2023, desaparecerá cada semana una cubierta forestal tropical del tamaño de Singapur. La deforestación es una de las principales causas del cambio climático, ya que se calcula que contribuye en un 20 por ciento a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los productos con mayor huella de deforestación
Aunque muchos países han intentado hacer más transparentes y trazables determinadas cadenas de suministro -desde el cacao en Ghana hasta la madera en Indonesia-, el alcance de las materias primas y el tamaño del mercado objetivo distinguen a la normativa de la UE, explica Tina Schneider, directora de gobierno y política forestal del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) en Estados Unidos.
"La EUDR va a ser muy importante en la lucha contra la deforestación, porque es el primer reglamento que abarca todo el mercado de los productos enumerados", dice. Y estos son los productos con mayor huella de deforestación.
Según el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), en EE. UU., solo siete de estos productos básicos (madera, caucho, ganado, café, cacao, aceite de palma y soya) representaron el 57 por ciento de toda la pérdida de cobertura arbórea asociada con la agricultura entre 2001 y 2015, reemplazando una superficie de bosque de más del doble del tamaño de Alemania.
Que no "te cuesta un bosque"
El reglamento dice que la UE apoyará a los países socios en la transición hacia un modelo de producción más sostenible: una agricultura más eficiente pero respetuosa con el medio ambiente en las tierras existentes, sin necesidad de nueva deforestación, explica Schulmeister-Oldenhove, de WWF.
Y, aunque la regulación no aborda otros factores que impulsan la deforestación, como la cría de aves y cerdos, o la minería de metales y minerales, los productos que cubre son lo suficientemente amplios como para minimizar la posibilidad de tener algo en su plato que "te cuesta un bosque", sostiene esta experta.
EE. UU. y el Reino Unido también están dando pasos hacia la regulación, pero la EUDR ha dado un gran impulso a la lucha contra la deforestación, afirma, por su parte, Schneider: "Comunica claramente al resto del mundo, y a los actores dentro de Europa, que la UE da prioridad a responsabilizarse de su consumo y de los posibles efectos negativos de ese consumo".
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