lunes, 19 de mayo de 2025

Fénelon siglo XXI

  Artículo de Isidro Toro Pampols


Retrato de Fénelon, por Joseph Vivien, 1713.

En Hispanoamérica hay historias como las de Fénelon, las que se repiten inagotablemente con resultados parecidos en algunos países.

François de Salignac de la Mothe, conocido como François Fénelon (1651-1715), fue un obispo católico francés recordado por sus críticas a las políticas del rey Luis XIV las que, según muchos investigadores, profetizaron la Revolución francesa.

En 1694, siendo Fénelon preceptor del nieto de Luis XIV, escribió una carta al rey en la que denuncia la dirección que tomaba el reino y la sociedad francesa. Coloca sobre relieve la conducta de la nobleza que pretendía conservar a toda costa sus privilegios. Le dice al rey: «ha introducido en la corte un lujo monstruoso e incurable… ha empobrecido a toda Francia» y lo acusa de «haber llevado a cabo guerras que sólo tenían por razón un motivo de gloria y de venganza».

Apunta algo a lo que debieron poner atención: «la sedición se enciende poco a poco en todas partes. Creen que ya no tenéis ninguna piedad por sus males, que sólo amáis vuestra autoridad y vuestra gloria».

O sea, el mal carcomía la sociedad francesa y era caldo de cultivo para lo que sucedería en 1789, el estallido de la Revolución francesa que sumió al país galo en una dinámica de vértigo hasta el fin de la guerra franco-prusiana en 1871.

En Hispanoamérica hay muchos quienes, como Fénelon, denuncian la situación de marasmo político y anomia social, entendida como el estado de confusión, desorientación y falta de normas claras en la sociedad, perdiendo el liderazgo la capacidad de guiar a esta, dejando a los individuos sin un marco de referencia moral o social claro. 

En la región son varios los ejemplos en que la ciudadanía por la vía del voto apoya lideres que ofrecen la redención, llegan al poder, utilizan el sistema legal, lo modifican y se transforman en autoritarios. Quizás el primer ejemplo fue Alberto Fujimori en Perú, cuando se presentó a las elecciones presidenciales de 1990 como líder del partido Cambio 90, que había fundado el año anterior. Fujimori, entonces un desconocido político, logró el apoyo de sectores marginados de la sociedad, pequeños empresarios, algunas iglesias evangélicas que se incorporaban a la política peruana y algunos grupos de presión.

Posiblemente el ultimo caso de populismo que llega al poder en Hispanoamérica es Nayib Bukele en El Salvador quien, separándose o mejor dicho, siendo expulsado por su partido el gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, fundó el partido Nuevas ideas compitiendo en las elecciones del año 2019 con una narrativa que se resumía en «sacar de donde están» a los partidos tradicionales y «cambiar el sistema político del cual ya todos estamos hartos». De resto, hoy el señor Bukele continua al frente del gobierno de su país modificando el andamiaje constitucional y legal, lo que le permite adelantar sus planes a pesar de las denuncias de autoritarismo.

En muchos países de Hispanoamérica hay «fenelones», de buena fe, denunciando una realidad que golpea a la mayoría de sus pobladores a pesar de que la dirigencia se esconde la cabeza, solamente la cabeza, bajo tierra cuando percibe peligro, según el mito del avestruz, aunque como fábula sea falso, pero es útil como imagen gráfica.

De su lado, hay una maquinaria de demolición del sistema que trabaja 24/7, sin descanso, buscando socavar los sistemas democráticos de la región, maquinaria financiada por capitales de diversos orígenes y que no cesa en su empeño.

A pesar de lo dicho en el párrafo anterior, debemos seguir denunciando, pero ojo, sin ser tontos útiles del autoritarismo.

 

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